Así lo ha asegurado el presidente del Gobierno, quien detalló que el objetivo de la reforma laboral que se aprobará el próximo miércoles 16 de junio es “reducir el esfuerzo y el coste del despido sin que los trabajadores pierdan derechos“. Zapatero, que hizo estas declaraciones en Roma, después de entrevistarse con el Papa y con el primer ministro Silvio Berlusconi, indicó que se buscará la “flexibilidad interna de la empresa en lo que se refiere a la jornada, a las condiciones de trabajo y a la regulación salarial en los convenios“.
El presidente, que dará a conocer mañana a los agentes sociales el texto preparado por el ejecutivo recalcó que la reforma va a ser “sustancial” y que no se hará “para dos años, ni para seis u ocho años“, sino “para mucho tiempo“, por lo cual espera que tenga un amplio apoyo parlamentario. “Queremos ir a un modelo en el que la contratación indefinida sea la norma que cada vez se imponga más en la nueva etapa frente a la contratación temporal“, subrayó.
Al mismo tiempo que Zapatero, mantenía con Benedicto XVI en el Vaticano en calidad de presidente de turno de la UE, lo que calificó un encuentro “correcto”, CC.OO presentaba ante el Tribunal Supremo un recurso contencioso-administrativo contra el decreto que aprobó la reducción de los salarios de los funcionarios.
El sindicato cree que en la tramitación y aprobación de este decreto vulneró el derecho de libertad sindical recogido en la Constitución y solicita que se declare la nulidad de la actuación del Ejecutivo.
