El nuevo informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, centrado en los océanos y la criosfera y publicado este miércoles, pone de relieve la necesidad crítica de que los gobiernos intensifiquen y aceleren sus esfuerzos para hacer frente a la emergencia climática y destaca la urgencia de proteger los océanos.
Este informe del IPCC, elaborado a partir de casi 7.000 documentos de más de 100 personalidades de la comunidad científica climática, es la evaluación más exhaustiva hasta la fecha sobre la gravedad de los impactos climáticos en nuestros océanos y la criosfera (zonas congeladas de la Tierra).
Conclusiones ‘escalofriantes’
Para Greenpeace, este informe es a la vez escalofriante y concluyente. “Los impactos de las emisiones de carbono producidas por el ser humano en nuestros océanos son mucho mayores y se están produciendo mucho más rápido de lo previsto. Evitar las peores consecuencias para nuestro planeta requiere de una acción política sin precedentes”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace.
Las principales conclusiones del informe especial del IPCC son:
El aumento del nivel del mar para el año 2100 podría ser de casi un metro si el calentamiento global supera los 3 °C, que es adonde nos llevan los compromisos actuales asumidos por los Estados. Esto podría provocar el desplazamiento de millones de personas de las zonas costeras.
A medida que la temperatura de la superficie del mar aumente y los océanos se vuelvan más ácidos, la vida marina y los ecosistemas oceánicos se enfrentarán a mayores amenazas. Incluso si el calentamiento global se limita al objetivo acordado de 1,5°C, se prevé que se perderá hasta el 90% de los arrecifes de coral de aguas cálidas.
Se prevé un deshielo generalizado del permafrost para este siglo y más allá, que libere entre 1.460 y 1.600 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, equivalentes a casi el doble del carbono que se encuentra actualmente en la atmósfera.
A finales de este siglo, la frecuencia de las olas de calor marinas podría multiplicarse por 50 (con aumentos de temperatura de 3-4 ℃) en comparación con finales del siglo XIX
La organización ecologista hace una llamamiento a los estados para que tomen medidas decisivas para abandonar los combustibles fósiles y para que en 2020 aprueben un Tratado Global de los Océanos sólido que proteja al menos el 30% de los océanos del mundo a través de una red de santuarios marinos para 2030. Solo así será posible limitar el aumento de la temperatura global 1,5 ºC.