Las investigaciones comenzaron al recibirse varias denuncias de hechos similares en diferentes puntos del país. La mayoría de los implicados en el beneficio de estas cuantías abonadas de forma ilícita eran personas cercanas a los fallecidos como hermanos, hijos, nietos y sobrinos, pero también maridos, esposas, yernos y ex parejas. No todos los responsables identificados han podido ponerse a disposición de la autoridad judicial, ya que algunos han fallecido, están enfermos graves o se encuentran en avanzado estado de edad. Otros se encuentran residiendo en Alemania, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Francia, Suiza y Venezuela.
Esta operación ha supuesto un reto organizativo para los investigadores. Se han analizado 12.586 abonos indebidos, 75 cuentas bancarias, 23 casos con más de 100.000 euros defraudados, 40 pensiones que superaban los diez años de ingresos ilícitos, 22 fallecimientos ocurridos antes del año 2000 y 11 muertes de pensionistas españoles ocurridos en el extranjero. Gracias a los mecanismos establecidos legalmente, hasta el momento se han podido recuperar 3.893.787,08 euros del total defraudado.
Una pensionista siguió “firmando” cuatro años después de su muerte
Entre los casos más relevantes destaca el de una mujer que, con el fin de conseguir acceso a la cuenta bancaria de su madre fallecida cuatro años antes, no dudó en acercarse al banco con una “actriz” que suplantó la identidad de su progenitora, fallecida. De esta manera, consiguió el acceso al dinero mediante la falsificación de la firma de la titular de la cuenta.
La implicada se benefició de más de 200 disposiciones en efectivo, que han supuesto un fraude al Instituto Nacional de la Seguridad Social de más de 74.000 euros, abonados durante los más de 20 años de forma indebida.
Falsificación de justificantes por parte de un empleado de banca
En otro caso fue detenido un empleado de banca que, aprovechando sus conocimientos en el puesto y abusando de la confianza de sus compañeros de oficina, llegó a realizar hasta 62 reintegros de la cuenta de una mujer fallecida y que habían sido abonados indebidamente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Para cometer los hechos, el arrestado falsificó los justificantes de efectivo y las cartillas bancarias de la pensionista fallecida y, con el fin de justificarse en su puesto de trabajo, aprovechaba los momentos en los que atendía a personas de avanzada edad para indicar a su compañero de ventanilla que la misma era muy mayor, que no podía estar de pie al tener dificultades de movimiento ycla invitaba a esperar sentada. Con esa estratagema, el detenido conseguía que en caja le entregaran el dinero con la falsa creencia que la mujer que estaba sentada era la titular de la cuenta.
El arresto del trabajador se produjo mientras extraía dinero en un cajero automático de la propia entidad a la que había robado previamente.