Los científicos que acompañan a Greenpeace en la Antártida, dentro de su expedición “De Polo a Polo”, han encontrado “disminuciones drásticas en las colonias de pingüinos”.
Entre otros muestreos, en la Isla Elefante se han analizado 35 colonias de pingüinos barbijo (una de las especies más desconocidas, también llamada ‘chinstrap’, por su nombre en inglés) y las conclusiones apuntan a que se han visto reducidas, de media, casi un 60%, llegando algunas colonias hasta el 77% de reducción, desde el último conteo en 1971, con un recuento total de solo 52.786 parejas reproductoras de pingüinos barbijo, cayendo en picado desde las estimaciones de encuestas anteriores que apuntaban a unas 122.550 parejas.
“Estas significativas disminuciones sugieren que el ecosistema del océano Austral ha cambiado especialmente en el último medio siglo y que este cambio está afectando a la cadena alimentaria de especies como los pingüinos barbijo. Si bien varios factores pueden estar jugando un determinado papel, todas las pruebas que tenemos apuntan al cambio climático como responsable de los cambios que estamos viendo ”, señala la Dra. Heather J. Lynch, investigadora principal de la expedición y Catedrática de Ecología y Evolución de la Universidad de Stony Brook de Nueva York.
Precisamente, este pasado jueves, 6 de febrero, la Antártida batía su récord histórico de temperatura máxima, alcanzando los 18,3ºC, según las mediciones de la base argentina Esperanza. El récord anterior, de 17,5ºC, había sido fijado en marzo del 2015.
El equipo de científicos, de las Universidades de Stony Brook y Northeastern, también ha estado examinando una serie de colonias bastante grandes de pingüinos barbijo pero relativamente desconocidas en Low Island, utilizando técnicas de topografía manual, drones e inteligencia artificial. Esta es la primera vez que la isla, que se cree que tiene alrededor de 100.000 parejas reproductoras de pingüinos barbijo, ha sido muestreada adecuadamente desde tierra.
“Un mundo con menos pingüinos es un lugar peor. A medida que la fauna lucha por su supervivencia, tenemos que establecer urgentemente santuarios libres de actividad humana dañina, no solo en la Antártida, sino en todos los océanos para que puedan adaptarse a nuestro clima tan, rápidamente, cambiante. Para hacer eso, es imperativo que los gobiernos acuerden un Tratado Global de los Océanos este año”, ha declarado Pilar Marcos, bióloga marina de Greenpeace.
La expedición ha estado documentando, durante más de un año, las amenazas a los océanos del mundo como parte de la campaña de Greenpeace para un Tratado Global que establezca una red de santuarios oceánicos que protejan el 30% de los océanos del planeta para 2030. Además, Greenpeace ha estado promoviendo el establecimiento de tres propuestas de santuario en la Antártida, rechazadas en 2019, y que se debatirán en octubre nuevamente en la reunión de la Comisión Antártica del Océano (CCAMLR).