El Gobierno está estudiando la posibilidad de hacer obligatorio el llevar mascarilla en todos los espacios públicos. El Ministerio de Sanidad ha empezado los contactos con los responsables de las comunidades. En principio la mayoría están de acuerdo, pero hay que considerar si la medida es posible y, sobre todo, si sería efectiva para prevenir contagios.
En este momento únicamente es obligatorio su uso en los transportes públicos y de darse el paso que estudian las autoridades sanitarias supondría tener que llevar la mascarilla, en todo momento,cada vez que salgamos a la calle.
Esta alternativa, como señaló ayer a preguntas de los periodistas, no entusiasma al doctor Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. En la rueda de prensa de ayer evitó pronunciarse a favor de la medida que, aclaró, puede generar “problemas importantes”.
Simón sí admitió que la mascarilla ayuda a la prevención de contagios, pero añadió “siempre que se use bien”. A su juicio, sería mejor que su uso se limitase a determinados lugares y que sí tuvieran que ponérsela aquellas personas que estén dentro de un grupo de riesgo -sea por su edad, por patologías previas, como problemas cardíacos o de inmunológicos o porque padezcan enfermedades respiratorias-.