Su estado es gravísimo y por ello el gobierno de Obama ha aprobado darle un visado para que pueda viajar a los Estados Unidos y recibir tratamiento médico. Este, sin embargo, no podrá curar la paraplegia que sufre el opositor cubano Ariel Sigler, liberado por el Gobierno cubano el pasado día 12.
Sigler fue encarcelado en 2003 durante lla ‘Primavera Negra’ junto a otros 75 disidentes políticos en sus casi 8 años en la cárcel, del opositor, de más de 1,80 metros de estatura y 90 kilos de peso, atlético y fuerte, que entonces tenía 40 años, sólo queda un hombre atado a una silla de ruedas, que ya no puede caminar y que apenas supera los 45 kilos.
Sin embargo su salida de Cuba no será pronto, antes necesita una autorización del gobierno, un trámite que, en el mejor de los casos, no se completará antes de 4 o 5 semanas, salvo que el ejecutivo de Raúl Castro decida, como ya hizo su hermano en varias ocasiones, ’sacarse el problema de encima’. En este caso su destino podría ser Miami, donde vive su hermano Miguel, que también fuera preso político del régimen comunista cubano.