Tiene 72 años de edad, se llama Sebastiá Taltavull y se ha saltado su turno para vacunarse contra el COVID.
Es el obispo de Mallorca y se vacunó el 5 de enero aprovechando que tiene un apartamento en una residencia de sacerdotes jubilados…aunque no vive en él.
Pese a ello, cuando empezó la vacunación de los residentes en esa residencia se coló entre ellos para recibir la primera dosis de la vacuna.
La explicación que dan desde el Obispado para justificar que Taltavull haya incumplido las normas y haya dejado sin vacuna a quien tenía derecho a ella, es que “tiene un contacto diario con los usuarios y trabajadores de esta residencia”.