Un grupo de trabajadores de Vitrasa, que están en huelga indefinida desde el pasado día 13, se movilizó este viernes delante del Concello para “forzar” la intervención del alcalde en el conflicto laboral.
“Por segunda vez esta semana”, los responsables municipales “se negaron a recibir a los representantes del Comité de Empresa”.
Piden a Abel Caballero que revise el contrato con Vitrasa
Los representantes de la plantilla, como ya habían hecho días atrás, pidieron a Abel Caballero que revise el contrato que el Concello tiene con Vitrasa. Creen que la posición del alcalde repitiendo que es una empresa privada y que al Gobierno local no le corresponde mediar, es equivocada.
En este sentido los trabajadores recuerdan que el 37 del contrato, que trata sobre el control e inspección del servicio, establece que el Concello estará facultado para exigirle a Vitrasa la justificación de cumplir todas y cada una de las obligaciones de carácter laboral y de Seguridad Social en relación con sus empleados.
La empresa denuncia en el juzgado los ‘ataques’ a los autobuses
Por su parte, la dirección de Vitrasa informó de que “desde el inicio de la huelga”, se produjeron una serie de hechos violentos que ya ha denunciado. Además, apunta que estos incidentes “derivarán en la apertura de expedientes disciplinarios en el ámbito laboral, en los casos en los que se cuente con la identificación de personal de la empresa”.
De ‘ataques’ a autobuses a la rotura de un váter
Desde vitrasa aseguran que en los últimos cinco días se produjeron 12 apedreamientos de autobuses, que pusieron en “grave peligro la integridad física de viajeros y conductores”. El último, apuntan, este viernes a las 05:17h., en Antonio Palacios, a un bus de la línea C3.
También denuncian “insultos e intimidaciones al personal de conducción”. Estos actos, añaden, están grabados y se publicaron en redes sociales y medios de comunicación.
A ello se suma la “colocación de clavos camuflados en varias paradas”; pintadas en varios autobuses, “quedando inhabilitados para su circulación” y, finalmente, se rompió un váter instalado para los trabajadores, perjudicando a los que prestan servicio a diario.