Algunos vecinos critican que “nos ha dejado sin playa”
Las obras del Paseo de Bouzas llegan a su fin. Han pasado 16 meses desde que empezaron, en noviembre de 2021, después de que la zona estuviese vallada y abandonada durante más de tres años.
En total, el nuevo paseo costará 3.758.000€ y abarca una superficie de 7.800 m2 y alrededor de 500 metros de largo, la distancia que va desde la iglesia al puente de la VG-20. Así, la actuación incluye la rehabilitación de toda la superficie del paseo de madera, que pasa a ser un «paseo blando», con tres zonas de escaleras de acceso a la playa, cinco grandes zonas de hostelería compatibles con la bajada al arenal y gradas de acceso al mar.
Cuando puso la primera piedra, el alcalde aseguró que se trata de un “modo de playa urbana que permite llegar mar”, cuando el antiguo «generaba una zona de playa marginal». Ahora, añadió, «queremos que se vea el paseo y el mar, con 250 metros de zona de gradas y tres partes de escaleras”.
Además, el nuevo paseo de Bouzas combinará la madera con zonas ajardinadas que pasan de los 1.600m2 actuales a 2.500 con plantación de especies autóctonas de arbolado y herbáceas propias de la zona litoral.
Botellón y basura
Sin embargo, no todos los vecinos de Bouzas son tan optimistas. Algunos creen que estas obras “son un desastre” que “nos ha dejado sin playa” para “crear un lugar de botellón” en las gradas. Añaden que este modelo estará obsoleto en poco tiempo y que “la zona no tardará en llenarse de botes, botellas y plásticos por las escaleras, que acabarán en el mar”.