Con dos meses para reflexionar, una hora de encuentro y con la mediación desde el primer momento de Xunta e Inspección de Trabajo. Así reanudaron hoy las conversaciones patronal y sindicatos del sector metalúrgico de Pontevedra para hablar del convenio colectivo, un primer encuentro al que se presentaron con posiciones flexibles y con ganas de llegar a un acuerdo a pesar de que ambas partes se presentaron con la misma oferta que en junio: por parte de la patronal, un incremento salarial del 2 por ciento para el primer año y el IPC más el 0,5% para el segundo y tercero por parte de la patronal; por la de los sindicatos, un convenio a dos años con un aumento del 4,5% el primero y un 4% el segundo.
Sin ganas de conflicto, aunque aseguran que sigue latente, los sindicatos están convencidos de que la única salida es el acuerdo y, junto con los empresarios, han acogido con agrado el nuevo sistema de negociación propuesto por los mediadores para que las actuaciones sean más fructíferas y los encuentros más dinámicos y de menor duración.
Las cuentas
A pesar de la vuelta a la normalidad de las empresas, el sector del metal se encuentra en una situación económico-financiera peor que antes del parón veraniego tanto para entidades como para trabajadores, que tienen sus salarios congelados desde el año pasado, según los representantes sindicales. La provincia pontevedresa sería el primer eslabón del sector, ya que los convenios de la metalurgia de las otras tres provincias gallegas terminarán a final de año.