El asesino confeso salió esta semana de la cárcel de A Lama al terminar los cuatro años de prisión provisional. Y será libre al menos hasta que en septiembre se celebre el nuevo juicio por el que se conoce como el crimen de la calle Oporto. Cerca de un centenar de personas se concentraron a las puertas del inmueble en el que vivían Isaac Pérez Treviño y Julio Anderson Luciano, que murieron apuñalados en 2006 por Jacobo Piñeiro, que después les robó e incendió el piso.
El acto, presidido por la madre de una de las víctimas, sirvió para rendir homenaje a las víctimas y pedir justicia con una pancarta en la que se pedía que se respetaran los derechos de todo con la que recorrieron apenas 50 metros de la calle. Al final, un minuto de silencio y gritos de ‘no a la homofobia’ que corearon miembros de colectivos homosexuales de todos los puntos de España.
El presunto asesino tiene que presentarse todas las mañanas de 9 a 10 horas en la Audiencia Provincial para firmar y evitar posibles fugas, para lo que también se le ha retirado el pasaporte y su foto figura en todas las comisarías de policía. Y Marta Pérez Triviño, madre de una de las víctimas, irá el próximo lunes al juzgado para “ver si mantiene su sonrisa medio sádica” cuando le mire a la cara.