El Juzgado de Instrucción número 2 de Tui acaba de archivar, de manera definitiva, la investigación por la muerte violenta de Déborah Fernández. La muerte de la joven viguesa será un caso sin resolver.
El 30 de abril de 2002, hace más de 22 años, Déborah salió a correr por Samil y no volvió a su casa. Diez días después, su cuerpo se encontró junto a una carretera, en O Rosal. La autopsia, que no apreció signos de violencia y los expertos, que no pudieron determinar la causa de la muerte, expusieron dos hipótesis: muerte ‘súbita’, algo que los forenses no aseguraron, al no encontrar alteraciones en el corazón que pudiesen corroborarlo o, muerte violenta por ‘sofocación’.
La muerte por ‘sofocación’ supone, bien la estrangulación, lo cual hubiese causado lesiones en el cuello, la laringe o la tráquea, que los forenses no apreciaron; o bien que le hubiesen tapado las vías respiratorias, algo que, a juicio de la familia, sí encajaba con los indicios encontrados que apuntar a que la joven intentó defenderse.
Reapertura del caso
En base a estos últimos indicios, en 2022, la Audiencia Provincial de Pontevedra estimó el recurso interpuesto por la familia de Deborah y resolvió que se citase a declarar “en calidad de investigado” al que fuera pareja de la joven.
Los familiares de la joven que en dos décadas había logrado que se realizasen pruebas de ADN masivas; que se exhumado el cadáver para buscar más indicios; que un experto forense realizase un extenso informe que concluía que la muerte fue por causas violentas o, lo más difícil: que se reabriese el caso 17 años después de la muerte, conseguía que este no se cerrase.
Y no sólo eso, tras denunciar que la investigación policial había estado llena de errores y negligencias imposibles de justificar – entre ellos los que entendían que apuntaban a que uno de los principales sospechosos, según los propios atestados policiales de 2006, 2010 y 2019, no sólo no se declarase ‘investigado’ sino que ni se le hubiese citado, siquiera, como testigo- finalmente consiguieron que se interrogase al ex novio Déborah.
Finalmente, quedó libre de cargos por lo que la última esperanza de encontrar una pista fiable era el análisis del teléfono móvil de la joven, sin resultados.
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Una investigación que ya no se resolverá
Ahora, 22 años después, el caso se archiva sin respuesta. La causa de la muerte de Déborah Fernández no se conocerá. Era previsible depués de que hace 4 meses el mismo juzgado hubiese archivado provisionalmente la investigación. Entonces argumentaba así la decisión: “ni los testimonios solicitados, ni la exhumación del cuerpo de la víctima, ni la inspección de un cofre congelador, propiedad en su día del investigado produjeron resultado positivos para la investigación”.
