El Diario Oficial de Galicia (DOG), publica este viernes el último trámite importante que quedaba para permitir que la ‘macrocelulosa’ Altri se instale en Palas de Rei: la declaración de impacto ambiental.
Al gobierno de Galicia no le ha temblado la mano, pese a decenas de movilizaciones rechazando la planta, las opiniones de expertos, de asociciones ecologistas y la oposición de los propios vecinos de la zona, que limita con la Serra do Careón, en la Red Natura y está en pleno Camino de Santiago.
La Xunta entiende que no hay riesgo medioambiental construyendo una fábrica que consumirá anualmente 1,2 millones de toneladas de eucalipto, más de 46.000 m3 de agua diarios -que tomará del río Ulla- y donde se levantará una chimenea de 75 metros de altura– lo mismo que mide la torre de la Cidade da Xustiza de Vigo-, para producir 400.000 toneladas de celulosa y 200.000 de lyocell al año.
27.000 alegaciones e informes en contra
27.000 alegaciones se han presentado contra la construcción de esta planta, a las que hay que sumar un informe del Consello da Cultura Galega -órgano asesor del Gobierno gallego que considera, literalmente, que el proyecto “no ha tenido en cuenta los valores del territorio ni sus capacidades para soportar esa instalación industrial, ni los impactos que produciría sobre el medioambiente y las comunidades que lo habitan”.
Y todo, apunta el mismo informe, con una huella muy limitada en la economía de Galicia, dado que la mayor parte de los beneficios irían a parar a empresas de fuera, además de que se crearían no más de 280 empleos directos -la mitad de los anunciados y apenas la décima parte de los 2.000 comprometidos inicialmente-.
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Condiciones de la Xunta
Aunque este trámite no supone la aprobación definitiva para la instalación de la ‘macrocelulosa’, sí era la piedra angular de la misma. Ahora, la sociedad impulsora de la planta – Greenfiber, mayoritariamente portuguesa con una pequeña participación de la española Smarttia- tendrá que cumplir una serie de condiciones impuestas por la Xunta.
Uso de tecnologías avanzadas para la gestión del agua, con un sistema de captación que no supere los 46.000 m³ diarios. La obra consitiría en una estructura flotante con motobombas que subirían el causal del embalse de Portodemouros hasta la estación, pasando por Palas de Rei -em Lugo-, Santiso- en A Coruña- y Agolada- en Pontevedra-.
Estaciones de tratamiento de aguas residuales -durante la construcción y la explotación-. Estas aguas se tratarían, después, en una estación (ETARI), con un caudal de vertido de 30.000 m3 diarios
Por su parte, las aguas residuales sanitarias, generadas durante la explotación, pasarán por una estación depuradora (EDAR) compacta y modular, con una capacidad de 50 m3 diarios
250 millones de euros del Gobierno español
Por último, Greenfiber ha iniciado ya los trámites con el Ministerio de Industria para obtener unha ayuda directa de 250 millones de euros.