Hemos intentado disimular silbando y mirando para otro sitio como si no fuese con nosotros, pero, entre que no cuela y que nos remuerde la conciencia, que venía con el último programa que nos han instalado, hemos decidido cantar.
Durante los últimos dos días las noticias que hemos subido al periódico han ido algo más lentas de lo normal, por no decir que más que vigoalminuto parecíamos transilvaniaalsiglo. El motivo es unos ajustes que hemos tenido que realizar en la web y que hemos ido dejando, hemos ido dejando, hasta que ya no podíamos seguir dejándolos, seguir dejándolos.
Ello ha causado que las informaciones hayan subido de manera más lenta y, en varios casos, con errores en la acentuación. Hemos puesto a trabajar a un competente equipo integrado por una prima de la hermana de un señor que fue portero en Google Uzbakistán, a un tío que apareció por la puerta a pedir sal y a otro que tenía dos rollos de cinta aislante y que ya estaba en la redacción cuando llegamos, y la cosa parece que está arreglada y que se estabilizará a lo largo de esta tarde.
El caso es que queremos pedir disculpas motu propio, sin que nada tengan que ver en estos sujetos sicilianos con sendas cajas de violín que se han situado a ambos lados de la puerta y, tras hacer propósito de la enmienda y decir los pecados al confesor, nos ponemos, de nuevo, manos a la obras. A los que nos han comprendido, muchas gracias, a los que no se han dado cuenta, que aquí no ha pasado ná y a los que no ¡por favor, no os vayáis, volved!
