Una clase de formación en la base de Qala-e-now, en Badghis, se ha saldado con un intérprete y un capitán y un alférez de la Guardia Civil muertos. Ha disparado contra ellos un talibán infiltrado en las clases de instrucción y que fue abatido por los efectivos españoles, algo que ha provocado importantes disturbios contra las tropas de España, que llevan en la zona más de 5 años.
Los fallecidos son el alférez Leoncio Bravo Picayo, de 33 años y natural de Vimianzo, en A Coruña, y el capitán José María Galera Córdoba, también de 33 años y natural de Albacete. Tanto Bravo como Galera, en el cuerpo desde 1999 y 2000, estaban destinados al Centro de Adiestramientos Especiales de la Unidad de Acción Rural con base en Logroño. Ambos iban a ser relevados de su cargo el próximo 22 de septiembre. Junto a ellos ha muerto un intérprete nacionalizado español que se encargada de hacer la traducción durante la instrucción.
Los talibanes ya han sacado un comunicado atribuyéndose la autoría del atentado, perpetrado por un insurgente infiltrado que trabajaba como chófer de la policía afgana y al que instruían cerca de la base de Qala-e-now. La Guardia Civil comenzó a instruir a la policía afgana en abril y hasta allí se habían desplazado 40 agentes.
El hecho de que la base española se encuentre al lado de la pista de aterrizaje del pequeño aeropuerto de la localidad puede dificultar la entrada de ayuda por aire o una posible evacuación, llegado el caso. La base militar, una instalación recién inaugurada, está totalmente fortificada y ocupa 63 hectáreas de terreno, por lo que es difícil que los disturbios vayan a mayores. Con estos dos agentes ya son 92 los españoles fallecidos en Afganistán desde 2002.