Hungría se despierta hoy con la mayor catástrofe de su historia tras romperse el dique de una represa que almacenaba un millón de metros cúbicos de un lodo corrosivo saturado de metales pesados como aluminio que ya ha causado 4 muertos y un centenar de heridos, la mayoría con quemaduras e irritaciones en los ojos.
El Gobierno ya ha declarado el estado de emergencia en los estados de Veszprem, Gyor-Moson-Sopron y Vas, aunque no existe peligro de radiación en la zona afectada por un fango que ha teñido todo de rojo. Las primeras investigaciones apuntan a un fallo humano en la presa, propiedad de MAL Zrt.
La fuga ha obligado a la Unidad de Desastres Naturales ha echar desde helicópteros varias toneladas de yeso en el río Marcal para intentar detener el vertido, que se acerca peligrosamente al Danubio. Se calcula que se han escapado unos 700.000 metros cúbicos que se han llevado por delante automóviles, puentes y viviendas.