Mientras Alcoa intentaba tranquilizar a sus trabajadores asegurando que la planta que tienen en Xove nunca podría padecer el mismo vertido que en Hungría, empezando porque lo que se almacena es semisólido y no sólido como en el caso húngaro, la Adega denunciaba haber encontrado fisuras en el muro de contención de la balsa de aluminio de la empresa.
Esta asociación ecológica asegura que la balsa ha sido construida en un talud de tierra muy elevado y próximo a viviendas, por lo que en caso de vertido sería un desastre ecológico brutal si se tiene en cuenta que el volumen de la bolsa de Xove es 7 veces mayor que el de la planta de MAL Zrt con 4.000 toneladas de residuos diarias.
El Danubio, contaminado
El lodo rojo procedente de la planta de aluminio de Hungría ya ha llegado al río Danubio, lo que podría suponer la mayor catástrofe ambiental en años al afectar a uno de los ríos más grandes de Europa, que recorre Croacia, Serbia, Bulgaria, Rumanía, Moldavia y Ucrania antes de llegar al Mar Negro. Ahora los servicios de emergencia intentan diluirlo para conseguir que llegue a Budapest con un pH de entre 7 y 8 de alcalinidad.
Las primeras hipótesis barajan un error humano como causante del mayor desastre del país, ya que la balsa tuvo que tardar bastante tiempo en desintegrarse y nadie dio la voz de alarma, sobre todo cuando el embalse había pasado una inspección apenas unas horas antes de la tragedia sin que señalara ninguna anomalía.
Por el momento, el balance del vertido incluye cuatro muertos, tres desaparecidos y más de 150 heridos, así como tres regiones húngaras totalmente arrasadas.