Exportan a Estados Unidos, Japón, Polonia, China, Reino Unido, Holanda, Alemania y, desde junio, a Finlandia, que se ha convertido en uno de sus principales clientes en el exterior tras ganar la oferta del monopolio Alko, que representa al gobierno en la compra y control de los vinos que después se venden en el país.
A pesar de sus poco más de cinco años de vida, Bodegas Coto Redondo y su Señorío de Rubiós se están ganando una importante reputación internacional reforzada con importantes premios y con la innovación, que les ha llevado a elaborar un mencía hecho tras cuatro meses en barricas de roble francés o a probar una novedosa variedad de maceración carbónica con variedades autóctonas que resaltan la intensidad aromática del vino.
Con una clara apuesta por el tinto, el tinto de Rubiós, con nombre propio en O Condado, este año la cosecha ha sido de lujo. El verano caluroso ha sido un gran aliado que ha beneficiado a las bodegas gallegas. Coto Redondo ha recogido en un mes casi un 43% más de uva blanca que el año pasado (con 500.000 kilos frente a los 350.000 de 2009) y un 33% de uva tinta, con algo más de 160 toneladas. En total, 30 personas en los viñedos y 6 en las bodegas, dos de ellas de la plantilla, para tener listo un vino que llegará a la mesa por entre 5 y 8 euros.
Un lujo para el paladar que atesora que, a pesar de su juventud, ya pueda guardar en sus vitrinas la Medalla de Oro en la fiesta del Albariño de Cambados en 2008 y de bronce en 2009 o que le hayan dado 92 puntos en la prestigiosa Guía Peñín, tanto para el blanco como para el blanco barrica.
Aunque, sin lugar a dudas, el mayor galardón llegó desde Palermo, donde se llevó un oro y dos platas por su albariño en el Concurso Mundial de Bruselas. Fue en Italia donde un exquisito jurado cató más de 7.000 muestras de vinos entre los que destacaron los caldos de las Bodegas Coto Redondo. O el Bacchus de Oro en el IX Concurso Internacional de Vino Bacchus 2010 que se celebró en Madrid con participantes de todas las partes del mundo. Con este currículum… ¿te atreves a probarlo?