Hace 10 años que se puso en marcha un proceso de evaluación clínica de los trabajadores que reparan elementos ya construidos o que se dedican a la demolición y a prestar asistencia al trabajador que estuvo expuesto al amianto, aunque no fue hasta principios de este año cuando se retomó con la revisión de 5.640 personas.
Y más de un centenar de ellas (2,7 por ciento) fueron derivadas a una consulta especializada. Desde que se produce el primer contacto con el material hasta que aparece la enfermedad pueden pasar entre 10 y 50 años, por lo que el trabajador, además de realizar un seguimiento en su centro de trabajo durante toda su vida laboral, debe continuar con controles periódicos que permitan detectar casos de atención prioritaria.