Eran dos paquetes enviados desde Yemen y que tenían como destino final dos sinagogas de Chicago, profesionales, con un circuito cerrado conectado a la tarjeta SIM de un teléfono escondido dentro de una impresora, el sello de organizaciones terroristas como Al Qaeda. Y se encontró uno dentro de un avión cerca de Londres y otro en Dubai y que se dirigían a Estados Unidos, por lo que como medida de seguridad se revisaron varios aviones en los aeropuertos de Nueva York, Nueva Jersey y de Filadelfia, además de cualquier paquete que provenga de Yemen.
Los artefactos, pensados para causar daño, demuestran según el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, que Al Qaeda sigue preparando ataques terroristas contra el país. Uno de los aviones, procedente de Yemen y de la aerolínea Emirates aterrizaba escoltado por cazas estadounidenses y canadienses en el John F. Kennedy, donde se confirmó el carácter explosivo del paquete.