Sarkozy es impopular, no porque pretenda recortar derechos a los franceses, haya expulsado a gitanos, por ser gitanos o porque no haya solucionado un solo problema desde que llegó al Palacio del Eliseo, sino porque le tienen envidia.
Eso aseguró ‘Sarko’ al semanario Le Nouvel Observateur, asegurando que el 29% de aprobación que tiene en el país se debe a que “tengo un súper trabajo, una esposa bellísima, entonces es obvio que los franceses quieren hacérmela pagar”, argumentó el marido de Carla Bruni.