España lo veía necesario y quería sumarse al carro de ampliar la baja por maternidad, que ya cuenta con dos semanas más que la media europea. Sin embargo, la crisis ha sido la excusa de los ministros de la Unión Europea para impedir la ampliación de las 14 a las 20 semanas al considerar que cuesta demasiado y no favorece la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Una iniciativa propuesta ya en 2008 que contemplaba las 18 semanas, una idea con la que están más de acuerdo la mayoría de países, y dos para la baja de paternidad, un punto que en España ya se cumple. Desde el Gobierno español se defendía la posibilidad de una baja de maternidad compartida para saltar el handicap de la incorporación laboral, aunque defendía la aplicación progresiva de las 20 semanas.
Enfrente se encontraban países como Alemania, Reino Unido y Francia, que se mostraron tajantes a la hora de rechazar la medida. Mientras, otros países como Italia apoyan las 20 semanas pero sin que se cobre el 100% del salario. La Europa de los 27 continuarán intentando llegar a un acuerdo en las próximas reuniones.