Julian Assange ya no es el hombre más buscado del mundo. Después de varios días en busca y captura por una denuncia de delitos sexuales en Suecia, el fundador de Wikileaks ha decidido entregarse esta mañana en Londres, donde permanecerá en prisión preventiva hasta que se celebre la vista para su proceso de extradición el día 14. El australiano ya ha avisado de que recurrirá este proceso por miedo a que desde el país nórdico se lo lleve a Estados Unidos, donde han llegado a pedir su ejecución.
Con centenares de periodistas y fotógrafos a las puertas de la comisaría esperándolo, Assange se encontraba refugiado en en sur de Inglaterra, aunque fuentes cercanas al australiano han asegurado que estaba localizable y que ha negociado con sus abogados y Scotland Yard la hora y el lugar de su entrega. Assange está acusado de haber acosado sexualmente a una mujer y de violar a otra el pasado mes de agosto y la Fiscalía sueca, en teoría, sólo se dispone a interrogarlo para aclarar la veracidad de las denuncias. El juez le ha denegado la libertad provisional al considerar que es una persona nómada, que se encuentra casi siempre ilocalizable.
Mientras, Wikileaks continuará con las filtraciones de documentación secreta, como ya ocurrió hace unos días con 250.000 cables relativos a informes diplomáticos de Estados Unidos en el que aparecían nombrados todos los países del mundo. A los vetos de Amazon, PayPal o el propio banco en el que se recogía dinero para la defensa de Assange y sus colaboradores se suma ahora el de Visa y Mastercard, que no permitirá hacer donaciones a Wikileaks hasta que no se cierre la investigación.