Han hecho falta protestas y toda una noche de vigilia durmiendo al raso a temperaturas mínimas de los vigueses más solidarios para que el Gobierno municipal abriese los ojos y proporcionara un techo bajo el que cobijarse a los sin hogar a la falta del centro de inclusión social, que parece no llegar nunca. Sin embargo, esta protesta tan especial no ha servido para poner de acuerdo a los socios de gobierno, que dan soluciones separadas.
Lo más importante es que mañana por la noche habrá un albergue provisional, en teoría en el pabellón de O Berbés, que abrirá entre 21 y 22 horas y en el que unas 30 personas podrán pernoctar de lunes a domingo hasta el 15 de marzo, si las condiciones meteorológicas no obligan a su prórroga. Un proyecto en el que los nacionalistas llevan trabajando desde el 15 de noviembre y que se pisa con el albergue provisional que el PSOE abrirá en la antigua Escuela de Hostelería del Casco Vello “de forma inmediata” y que aunque hay que habilitar aún se abrirá también el jueves.
Mientras, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, sigue aludiendo a su negociación con el Ministerio de Interior para ubicar el centro de inclusión social en un nuevo lugar: los terrenos de la antigua cárcel de la Avenida de Madrid. La buena noticia, que ahora los sin techo tendrán dos lugares donde resguardarse de las inclemencias del invierno. La mala, que esta noche seguirán teniendo el cielo por techo.