Viajaban en una lancha neumática para cruzar el Estrecho. En total, 38 personas, 19 hombre, 6 niños y 13 mujeres, la mayoría de ellas embarazadas. Hasta que una de ellas se puso de parto. La patera tuvo que pararse en una playa cerca de la isla de Alborán, donde Salvamento Marítimo y la Guardia Civil los detectaron.
La joven inmigrante dio a luz allí mismo ayudada por otras compañeras de viaje. Los militares llegaron apenas unos minutos más tarde y los ayudaron a salir de la zona de difícil acceso en la que se habían metido. Tan complicado era el rescate que la recién parida tuvo que saltar varias rocas para poder acceder a las embarcaciones.
Las dos horas y media de trayecto hasta el puerto granadino de Motril fueron críticas para el bebé, con hipotermia. Carlos Puche, uno de los guardia civiles que iba a bordo, se encargó de meterlo entre su abrigo y su pecho para darle calor y protegerlo del intenso frío. Una vez en tierra, el niño sólo pedía de comer. Madre e hijo fueron trasladados al Hospital Santa Ana, donde quedaron ingresados.