Desde que el día 4 se abrió al público el parque de Pizarro, que el alcalde había inaugurado en abril,
una vez subsanados los problemas con la licencia de los edificios de la zona los residentes de la calle han denunciado que el mismo se ha transformado en un “cagadero de perros”. Aunque Abel Caballero había asegurado que “los vecinos podrán disfrutar en esa zona verde”, la realidad es que, tanto el parque mismo, como sus zonas verdes y accesos, están llenas de cacas de perro.
“No hay vigilancia alguna y quienes pasean por allí a sus animales no se molestan en retirar las defecaciones”, aseguran los vecinos quienes no han obtenido respuesta alguna del Concello en donde han denunciado la situación. En contra de lo anunciado, no se ha puesto vigilancia y la Policía no llega hasta la zona, “tampoco hay una limpieza diaria”, por lo cual los niños y las personas mayores que usan el parque “tienen que compartirlo con la mierda de perro que está por todas partes”.