Una cuarta parte de los mamíferos corre peligro de extinción… pero más riesgo corren de desaparecer los científicos que los clasifican, describen y analizan. Una crisis de la biodiversidad que sólo se ha dado cinco veces a lo largo de la historia del planeta Tierra y que ahora se agrava al desaparecer los investigadores que llevan el control, a pesar de los millones de euros que se gastan a nivel mundial en tecnología para la clasificación de las especies.
Sólo hay que revisar la literatura científica para verlo. Es cuestión de poner ejemplos: el aplacophorans, un grupo raro de invertebrados primo no demasiado lejado de los pulpos, calamares, caracoles y almejas, con 360 especies distintas y que vive en las profundidades del océano. En los últimos 5 años sólo se han publicado dos docenas de artículos científicos relacionados, la mayoría de Scheltema Amélie, del Instituto Oceanográfico Woods Hole. Y a medida que se acerca su jubilación podría convertirse en el último estudio de esta especie y si el 50% de estas especies se extinguieran mañana nunca lo sabrían.