Ya lo habían convencido para que saliera del establecimiento, en la calle Urzáiz, tras causar varios incidentes con clientes y camareros por estar en estado de embriaguez, pero una vez fuera se lo pensó mejor y comenzó a pegar patadas a una cristalera que rompió antes de salir huyendo. Los dueños del local llamaron a la policía nacional, que lo localizó gracias a la colaboración ciudadana poco después en la confluencia de las calles Ramón Nieto con Jenaro de la Fuente.
El hombre, con 30 años y dos antecedentes policiales anteriores, fue detenido por un delito de daños y puesto a disposición judicial.