JOSÉ MANUEL PENA/ Vivimos en una sociedad cada vez más violenta e intolerante. Sólo basta con ojear las páginas de sucesos de cualquier diario para darnos cuenta del excesivo culto a la violencia y a la conflictividad de todo tipo del que alardean muchos humanos insensatos y sin escrúpulos que no tienen respeto ni consideración hacia los demás.
Paradójicamente esta semana celebramos el día mundial de la Paz, recordando a una figura histórica importante que transmitió los Valores de la Paz y la no violencia como una filosofía de vida. Gandhi es un referente para muchas personas de bien pero también es cierto que hay demasiados individuos y colectivos que promueven y alardean de ser violentos: todos los demás somos sus enemigos a los que hay que derrotar sea como sea, sin importarles para nada los medios a utilizar.
A todos estos personajes hay que recordarles que no pueden olvidarse de que la cultura de la Paz está estrechamente relacionada con el desarrollo de una cultura democrática y que al estimular la tolerancia se contribuye a resolver muchos conflictos y erradicar la violencia que inundan las calles de nuestros pueblos y las relaciones familiares, de amistad, vecinales…