Hace 30 años que está en el gobierno pero nunca ha tenido un segundo. Hosni Mubarak, presidente de Egipto de 82 años, ha nombrado vicepresidente a Omar Suleiman, jefe de los servicios de inteligencia del país y que disputaba la carrera hacia la Presidencia al propio hijo de Mubarak. De este modo, este puesto se ocupa por primera vez en 30 años. Además, el dictador ha designado a Ahmed Shaquif, mariscal del aire, como nuevo primer ministro, por lo que será el encargado de formar el nuevo Gobierno de Egipto.
Sin embargo, a pesar de la dimisión del Gobierno en bloque y del discurso dado en las últimas horas por Mubarak, el pueblo sigue pidiendo la cabeza de su presidente y se ha saltado el toque de queda tomando de nuevo las calles y gritando frases de desaprobación hacia Mubarak, al tiempo que celebraban el funeral de una de las víctimas mortales de la revuelta conocida como el ‘Viernes de la ira’. Según informa Al Yazeera, durante los actos de hoy, en lo que cerca de un millar de manifestantes intentaron entrar en el Ministerio del Interior, ha habido tres nuevos muertos.
Caos
Mientras los turistas españoles que se encontraban en el país van llegando a los aeropuertos a cuentagotas, Egipto se descompone. Carros blindados incendiados, calles cortadas, la sede del Partido Nacional Democrático en llamas, dos momias faraónicas del museo de El Cairo destrozadas, destrozos en hoteles, asalto a las comisarías…
El discurso de anoche del presidente egipcio no ha hecho más que incendiar más una situación ya de por sí enardecida, ya que aseguró en su primera comparecencia televisiva desde la revuelta que él siempre había estado “muy cerca de las peticiones de la gente” y que respeta lo que los manifestantes piden.