JOSÉ MANUEL PENA/ La pobreza y la exclusión social afectan a una de cada siete personas en la Unión Europea. Son muchas, si tenemos en cuenta que vivimos en una de las zonas más rica del mundo. La UE es consciente de ello y también el propio comisario europeo de Asuntos Sociales que reconoce “la necesidad de invertir tiempo, dinero y esfuerzo en ayudar a las personas a salir de la pobreza, tanto por el bienestar de esas personas como por el bien de la sociedad en su conjunto”.
La triste realidad es que los pobres europeos subsisten con menos del 60% de la renta media nacional y unos 23,5 millones de personas en la UE viven con menos de 10 euros al día. Actualmente unos 84 millones de personas corren el riesgo de vivir en la pobreza y de padecer exclusión social.
Las personas que viven en la pobreza suelen tener mala salud y a menudo les resulta difícil recibir la asistencia médica y psicológica que necesitan, también viven en condiciones precarias porque no pueden permitirse una vivienda adecuada. Asimismo se enfrentan a menudo a la exclusión financiera, porque les resulta casi imposible obtener un crédito con condiciones razonables, si es que lo consiguen.
Lo mejor de todo esto es que si colaboramos entre todos, el futuro de las personas que viven en la pobreza puede cambiar. Juntos podemos construir una sociedad para todos, una Europa en la que todo el mundo pueda vivir con dignidad… ¿a que esperamos?
