Diez millones de libras le costó a Juan Pueblo la visita del papa al Reino Unido, a lo que hay que sumar otro tanto sufragado por el Vaticano. Aunque lo que más llama la atención de los británicos hoy al darse a conocer la auditoría oficial de la visita de Benedicto XVI en septiembre es que 1,85 millones de los pagados por el Estado se sacaron de los fondos destinados a la cooperación internacional y ayuda al desarrollo, ya que se reconoció el papel de la Iglesia católica “como una de las mayores fuentes de servicios sanitarios y educativos en los países en desarrollo”.
Cuatro días que costarón más de 100.000 libras la hora, según publican los medios de comunicación ingleses, y un gasto desorbitado para una población en la que sólo el 10% es católica.