No es oro negro todo lo que reluce. En absoluto. Eso lo saben bien los sauditas, a juzgar por los cables cruzados entre la embajada en Riad y la administración norteamericana, obtenidos por Wikileaks y publicados hoy por ‘The Guardian’. Según los mismos, las autoridades de Arabia Saudí podría haber inflado en un 40% sus reservas de crudo o, lo que es lo mismo en 300.000 millones de barriles. Esta información corresponde a telegramas enviados entre 2007 y 2009, en un momento en el que el precio del barril de petróleo se acercaba a los 100 dólares y el petrolero George W. Bush campaba en la Casa Blanca.
¿Cuál era el objetivo de esta mentira? Pues intentar contener los precios , pero ello fue descubierto por el geólogo de la petrolera saudí Aramco, Sadad al-Husseini, quien aseguró a los diplomáticos estadounidenses que los 12,5 millones de barriles que esta compañía debía producir al día para contener los precios del petróleo podrían no alcanzarse.Sadad al-Husseini indicó que Aramco no podría detener una escalada de precios internacionales, ya que la industria saudí había hinchado los datos de reservas recuperables para animar la inversión extranjera, algo que no fue contrarrestado por el texano que gobernaba los Estados Unidos y cuyo padre, y también ex presidente, es uno de los principales asesores de la Familia Real Saudita.