Una ventana abierta al blog personal de José Yuste Frías, profesor de la Universidade de Vigo y miembro del Grupo T&P, Traducción y Paratraducción. Porque la traducción va más allá del lenguaje…
Este es el cuarto artículo dedicado al logotipo Carrefour. Los tres primeros han estado centrados en la paratraducción de la imagen del logotipo Carrefour. Gracias al concepto de paratraducción, el traductor (primer agente paratraductor consciente de que nada en publicidad es fruto de la casualidad), en su lectura e interpretación del peritexto icónico del logotipo carrefour, descubre que las formas flechadas del logotipo Carrefour recuerdan a la alabarda medieval y son paratraducidas de una manera muy particular en Brasil (primera entrega); que los tres colores que componen la imagen se viven de forma diferente en cada área cultural (segunda entrega); y, finalmente, que al recordarnos que en la comunicación publicitaria hay que pensar siempre en traducir la imagen, la paratraducción nos permite descubrir por qué la letra C es más visible en unas ocasiones que en otras (tercera entrega).
Si en la primera entrega de la trilogía dedicada a la imagen del logotipo Carrefour formulé una primera pregunta de(s)constructora a la que contesté en las tres entregas, en este nuevo artículo de mi blog, centrado, esta vez, en la traducción del texto del logotipo Carrefour, formulo una segunda pregunta tan de(s)constructora o más que la primera:
¿Qué información se ha querido transmitir con un significante esencialmente francófono (el de la palabra francesa «carrefour») y cómo se vive el aspecto verbal de un logotipo cuando no se plantea en absoluto la traducción del significado original que tiene dicho signo lingüístico en la lengua francesa?
Las marcas son como las personas. Tienen nombre, personalidad y años. Y con los años todo puede cambiar… hasta el nombre propio de una persona o de una marca. El aspecto verbal, el texto, el signo lingüístico, es decir el significante y significado del nombre propio de «Carrefour» del logotipo CARREFOUR fue traducido a la lengua española para adaptarlo al mercado español durante todo el siglo XX. Pero desde principios del siglo XXI el nombre «carrefour» ya no se adapta ni se traduce en España. En efecto, en en los años setenta la multinacional francesa CARREFOUR traducía siempre el aspecto verbal de su identidad visual, el texto de su nombre propio, para adaptarse mejor a unos consumidores españoles no acostumbrados en aquella época a las grandes superficies de distribución. Y así encontrábamos en España el logotipo PRYCA, un siglónimo que significaba «Precio y Calidad» y que en 1988 se anunciaba en televisión con el famoso tema ochentero de Dolce Vita de Ryan Paris como música de fondo.
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