No sin mi hija versión alemana. Más de 1.300 inmigrantes llegaron en las últimas horas a la isla italiana de Lampedusa procedentes del norte de África, sobre todo de Túnez, escapando de la revuelta árabe iniciada. Y en medio de las pateras llenas de magrebíes, una mujer alta y rubia de 40 años. Su historia no tiene desperdicio: Tina Rothkamm es una madre coraje.
Divorciada de un tunecino, el hombre se negaba a darle la custoria de su hija de 9 años a pesar de que los tribunales alemanes así lo estipulaba. Y, como las autoridades de Túnez no reconocían la resolución de los tribunales teutones, sin el permiso de su exmarido no había forma de sacarla del país. Así que se jugó la vida por escaparse con la niña pagando 1.000 euro spor embarcarse en una de las muchas embarcaciones que cada día zarpan desde la playa de Djerba para intentar alcanzar suelo europeo.
Al pisar tierra firme tras 20 horas de navegación, sólo pidió una cosa: hablar con la embajada y marcharse a un hotel para descansar antes de regresar a su país con la pequeña, que le sirvió de intérprete durante toda esta aventura.