Grameen, el banco que el fundó basado en microcréditos a personas y familias, especialmente mujeres, para que pudiesen desarrollar pequeños negocios de supervivencia, le hizo acreedor del Premio Nobel de la Paz y supuso una revolución mundial. Quizá por eso, las autoridades de Bangladesh, a las que Muhamad Yunus, de 71 años, desafió cuando el país estaba dirigido por una Junta Militar, haya querido pasarle factura ahora logrando su destitución al frente del mismo. La misma ha sido decretada por el Alto Tribunal de Bangladesh, que ha ratificado la orden emitida por el Banco Central.
Este organismo acusó a Yunus de haber retrasado ilegalemente en diez años su jubilación, curiosamente después de que el Gobierno intentase desacreditarle desde finales del año pasado después de que un documental noruego asegurara que, supuestamente, el banco eludía el pago de impuestos.
