La suerte de Gadafi está cambiando. Después de que los opositores hayan recuperado parte del terreno perdido en los últimos diez días, hayan puesto cerco a Sirte, ciudad natal del dictador y su hijo predilecto, Saif Al Islam, se haya ofrecido para suceder a su padre y capitanear la transición ocupando la Jefatura del Estado hasta 2014, ahora el coronel podría verse atrapado en su centro de mando que, además, está siendo atacado. Aviones de combate franceses bombardearon la pasada madrugada el centro de mando de las tropas leales al dirigente libio, “hubo bombardeos sobre un centro de mando situado 10 kilómetros al sur de los suburbios de Trípoli en la noche del 27 al 28“ de marzo, ha explicado el portavoz del Ejército galo, Thierry Burkhard, aunque ha precisado que este lunes los cazas franceses no han llevado a cabo operaciones.
La pregunta ahora es si Gadafi sigue en Libia. El hecho de que su hijo se haya postulado para ocupar su puesto, el que no se le haya visto en persona desde hace más de una semana y el que haya ofrecido un alto el fuego a los combatientes de Misrata, han aumentado la intriga, tanto que la televisión pública ha ofrecido las imágenes de un vehículo en el que se dice que viajaba el coronel, aunque no se le ha visto en momento alguno.
