El subsuelo de Londres guarda muchos secretos: por cada 6 estaciones de metro en activo hay otra que se encuentra olvidada desde hace muchos años. Hasta ahora. La crisis ha agudizado el ingenio y las ganas de sacar dinero de debajo de las piedras, así que ahora el metro de la ciudad se plantea recuperar algunas de esas estaciones fantasmas y reconvertirlas en pubs, salas de conciertos, bares o lo que se tercie.
Algunas de las estaciones dejaron de funcionar en los años 30 tras la creación de la Sociedad de Transportes de Londres, que fusionaba a las distintas empresas que daban hasta el momento servicio, lo que obligó a reestructurar las líneas y sus estaciones, ya que estaban demasiado cerca, no eran rentables (como British Museum), casi no se usaban o estaban mal diseñadas.
La única condición que ha puesto el Ayuntamiento a la empresa para llevar a cabo este proyecto de remodelación de las estaciones fantasmas es que no pida ni una libra a las instituciones públicas. Y el empresario que quiere ponerlo en marcha ya ha conseguido socios interesados en invertir capital privado.