Un duro golpe para el dictador libio que inclina la balanza a favor de los rebeldes y de la OTAN, que lidera ya las intervenciones militares extranjeras en el país. Sin embargo, sin beneficios para el que dimitió. Reino Unido considera que la dimisión del ministro libio Musa Kusa es un acto voluntario, no fruto de una negociación previa, por lo que no recibirá inmunidad diplomática. Lo ha dicho después de varias horas de interrogatorio al ex dirigente libio, al que se le relaciona con el atentado de Leckerbie de 1988.
Kusa aterrizó anoche en Inglaterra tras dimitir como ministro de Gadafi y pidiendo una reunión con los representantes de la diplomacia británica, con los que no ha habido pacto. Llevaba dos días en Túnez preparando la deserción. Una de las personas más próximas a Gadafi y uno de los interlocutores principales del régimen con el exterior. Según algunas fuentes, el ministro podría haberse ido por las masacres a civiles.