Su tarea es una de las más complicadas: medir la temperatura y la calidad del aire alrededor de la planta e identificar más de 7.500 sustancias de tipo biológico, radiológico, nuclear y explosivo que pululan por Fukushima. Son los robots Talon, que trabajan en lugares que pondrían en peligro cualquier vida humana, con cámaras de visión nocturna que sirven de ojos. Y están controlados por los mandos de una videoconsola, de la Xbox 360.
No podía ser de otra forma en el país considerado como la cuna del videojuego. Una empresa estadounidense ha cedido los mandos tras el tsunami para poder controlar estas máquinas encargadas de maniobras vitales en la central nuclear de Fukushima. Aunque no es la primera vez que esto ocurre: según recoge Discovermagazine, ya se emplearon en tragedias como la del 11-S, donde se desplegaron dos veces al día para limpiar la Zona Cero. Esperemos que en esta ocasión la partida no acabe con un Game Over.