“La ayudé para que pudiese montar un centro estético con una amiga”. A eso destinó Berlusconi los 60.000 € que le dio a Ruby con el fin de que esta se comprase un láser depilación que necesitaba para su nuevo negocio. El primer ministro italiano, recalcó que ordenó a su contable, Giuseppe Spinelli, que le diera ese dinero a la joven “para cualquier cosa que necesitara y que evitase que ejerciese la prostitución, exactamente para llevarle por el camino contrario de lo que se dice”.
Don Silvio ha hecho estas declaraciones a los periodistas que cubrían su llegada a l Tribunal de Milán, donde se celebra este lunes la segunda audiencia del ‘caso Mediaset‘, otro proceso abierto contra el mandatario por fraude fiscal en la compraventa de los derechos de varias películas estadounidenses.
Con respecto al caso Ruby, el único que parecía preocuparle, Berlusconi ha declarado que “en un país civilizado las escuchas no pueden ser utilizadas en un proceso porque pueden ser manipuladas“, defendiéndose, así, a las pruebas de conversaciones telefónicas pinchadas de los teléfonos de las más de 40 chicas que participaron en las fiestas que ‘Il Cavaliere’ dio en varias de sus casas.