A los 90 años. A esa edad dejará el poder Raúl Castro. El presidente de Cuba, que también sucederá a su hermano, Fidel, como primer secretario del Partido Comunista de Cuba, ha anunciado durante el congreso del PCC que se celebra en La Habana, que “resulta recomendable limitar a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales”. Entre ellos se encuentran los de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y el Primer Secretario del Comité Central, cargos todos ellos, junto con el de ministro de Defensa, detentados por Raúl que este mes de junio cumplirá 80 años. Ello significa que sólo podrá optar a dos mandatos, el primero hasta 2016 y el segundo hasta 2021, año en el que él cumplirá 90 años y Fidel, que se ha apartado hoy de todos sus cargos políticos, 95.
Este ‘rejuvenecimiento’ facilitará, ha asegurado Castro, la renovación de las escleróticas instituciones cubana y “será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba“, como publica el portal web ‘Cubadebate‘.
El presidente ha ido más allá y ha hecho una autocrítica en este sentido, abriendo, además, la posibilidad a que haya responsables públicos que, sin militar en el Partido Comunista, lleguen a optar a puestos de responsabilidad, “no pocas lecciones amargas nos han legado los desaciertos sufridos en este ámbito a causa de la falta de rigor y visión que abrieron brechas a la promoción acelerada de cuadros inexpertos e inmaduros a golpe de simulación y oportunismo, actitudes alimentadas también por el erróneo concepto de que para ocupar un cargo de dirección se exigía, como requisito tácito, militar en el Partido o la Juventud Comunista”.
Por ello, desde ahora, aseguró que se abandonará esa práctica, que ha durado más de 50 años, y “la militancia no debe significar una condición vinculante al desempeño de puesto de dirección alguno en el Gobierno o el Estado, sino la preparación para ejercerlos”, eso sí, Cuba sigue siendo una dictadura, ha añadido “y la disposición de reconocer como suyos la política y el Programa del Partido“.