Por primera vez en casi 20 días Manu Brabo ha podido hablar con su familia. Ha sido una llamada telefónica de un cuarto de hora en el que ha hablado con su madre para decirle que se encuentra en perfecto estado en una prisión militar de Trípoli, retenido por las fuerzas de Gadafi, junto con otros tres reporteros.
El fotógrafo de Gijón fue retenido el pasado 5 de abril acusado de haber entrado de forma ilegal en el país y de hacer fotografías sin permiso. A pesar de que la detención fue brusca, no ha sufrido ni una sola agresión y recibe comida y tabaco, sin embargo asegura que echa de menos un cepillo de dientes.
Diplomáticos del Gobierno español están en negociaciones con Libia para liberar al fotógrafo, aunque aún no hay fecha.