Tanto por lo que se va a gastar como por lo que se va ingresar gracias al tirón mediático. Se calcula que 5.000 policías armados se mezclarán entre los invitados a la ceremonia de la Abadía de Westminster y acompañarán a los miembros de la familia real británica en una boda que será vista por unos 2.000 millones de espectadores en todo el mundo, el triple de seguidores que tuvo la boda del príncipe Carlos y Diana de Gales.
Y si esa no es una buena forma de llevar Londres a todas las partes del planeta, se calcula que sólo esta semana más de 600.000 turistas llegarán a la capital inglesa para presenciar la boda, un 20% de ellos estadounidenses. La alternativa a los caros hoteles, el camping para 10.000 personas que se habilitará en Camp Royale, que hoy abre sus puertas. Por 121 dólares, entrada para acampar tres días con acceso a duchas con agua caliente, baños y té gratis.
Los expertos creen que la boda supondrá una inyección económica para el Reino Unido de 707 millones de euros. El interés del público es evidente porque se trata de la primera boda real en tres décadas, lo que ha dado pie a infinidad de objetos curiosos con las caras de los novios: desde la cerveza ‘Bésame Kate’, a caramelos Pez con la forma de la pareja, preservativos ‘Joyas de la Corona’ con sus caras, una recreación de la boda hecha por Lego, bolsas de té, bombones o incluso una taza en la que se puede leer ‘No podía importarme menos la boda real’.
Más de 30 millones de euros de gasto
La boda, que comenzará mañana a las 11 horas (12 horas en España), costará unos 30 millones de euros, de los que la seguridad se llevará una gran parte, más del 20% del presupuesto. Los tres vestidos de la novia, que podrían superar los 500.000 dólares, otro tanto para los adornos florales, 150.000 por la comida para la recepción y más de 65.000 para la limpieza de las calles tras el recorrido en calesa de los novios por las calles de Londres. Unos gastos que corren en parte a cargo del Estado, de la familia real y de la familia Middleton.
Lo que no tendrán es el buen tiempo del que dispone estos días Londres. Se espera que a partir de la tarde, cuando comience el paseo por las calles y la salida para el tradicional beso en el balcón del palacio, caigan chuzos, aunque a ratos. Además, esta será la boda de las ausencias y de las contradicciones: Tony Blair no está invitado, pero sí Margaret Thatcher; y será la boda más clásica del mundo, pero se prevé que colapsará Internet.
En total, más de 2.000 invitados: 1.000 amigos de la pareja y familiares de Kate, 50 miembros de la familia real británica, 46 de la realeza extranjera, 200 del gobierno y diplomáticos, 60 de la comunidad británica, 80 de las organizaciones de caridad del Príncipe Guillermo y 30 de las Fuerzas Armadas, entre las que se encuentran dos familiares de dos compañeros del príncipe fallecidos en Irak y Afganistán.