La situación en Grecia es la siguiente: ya han recibido una exorbitante cantidad de dinero de la UE para sanear su economía, incluidos 5.000 millones de euros de España; no han logrado acabar con el déficit público galopante ni han colocado a un interés razonable su deuda pública; no dispone de un plan solvente de ajuste, el Fondo Monetario Internacional va a inyectar otros 12.000 millones a su economía para evitar la quiebra del Estado y sus partidos políticos no se ponen de acuerdo sobre las medidas a adoptar.
Este es el motivo por el que el primer ministro, George Papandreou, ha invitado al resto de líderes políticos del país a una reunión este viernes para intentar encontrar una salida conjunta a la crisis de la deuda, sobre la que el FMI ha avisado que probablemente tardarán una década en superar.
Panpandreou ya se ha reunido por separado con todos ellos y no ha logrado un consenso, concretamente el líder de la oposición, Samaras ha votado en contra de que el país reciba otro préstamo de la Unión Europea y no acepta las propuestas gubernamentales para apretarse el cinturón y que los griegos devuelvan los 110.000 millones de euros que deben.
Pero hasta aquí hemos llegado, el resto de los países europeos han exigido a Grecia que tome amplias medidas para recortar su deuda y que llegue ya a un acuerdo político antes de conceder a Grecia los 12.000 millones de euros sin los que podría llegar a la quiebra. Estas medidas pasan por un programa de privatizaciones, que debe estar en marcha este mismo lunes, endurecer las medidas de austeridad y subir, ya, los impuestos para cumplir estas condiciones.