Este año se está complicando mucho la celebración del tradicional desfile del Día Internacional del Orgullo Gay de Madrid, que este año arranca sus actos el próximo 28 de junio bajo el lema ‘Salud e Igualdad por el derecho’, aunque el plato fuerte será el multitudinario desfile del 2 de julio y en el que se prevé que participen más de un millón de personas. Por eso, LGTB ha puesto sobre la mesa las cifras de un evento al que le crecen los enanos y que está teniendo muchos problemas para organizar.
La comparación es con otro de los grandes eventos de Madrid este verano, la Jornada Mundial de la Juventud que contará con la presencia del Papa el próximo agosto. Y las cifras cantan: la llegada de Benedicto XVI a España costará 50 millones de euros, el 70% aportada por los participantes y el resto por patrocinadores del evento, que conseguirán desgravaciones fiscales importantes al considerarlo un acontecimiento excepcional de interés público y dejarán de ingresar 20 millones de euros en las arcas públicas.
Mientras, el desfile de LGTB cuenta con un presupuesto algo más austero, 500.000 euros, el 75% procedente de patrocinadores privados que no tendrán desgravaciones fiscales; el 24% sufragado por los propios organizadores y el 1% restante por las Administraciones públicas a cambio de que sea la organización la que se encargue de la seguridad y de montar y desmontar a diario los escenarios. A cambio, más de 110 millones de euros que entran en la ciudad, como se ha podido ir comprobando a lo largo de los años de celebración de esta fiesta que atrae turistas de todo el mundo.