El Concello ha mandado desalojar a los siete vecinos de un inmueble de la rúa Real, en el Casco Vello que vivían junto a otro, abandonado hace unos siete años y que amenazaba ruina. Horas antes, los bomberos fueron avisados por varias llamadas, de que había okupas en el mismo.
Tras llegar al lugar y desalojar a los ocupantes, los bomberos comunicaron a Urbanismo que el edificio estaba en muy mal estado, que en su estructura había grietas y desplazamiento de tabiques y vigas que el mismo podría derrumbarse, algo que después descartaron los técnicos municipales y el propio concelleiro de Urbanismo, José Mariño, arquitecto de profesión.
Pese a ello, como medida de seguridad y consultando los informes que tiene el Concello, en los que consta que la estructura había sido apuntalada hace tres meses y que incluyen una orden de demolición, se optó por desalojar a estas siete personas que viven en la casa contigua, a las que se les ha facilitado la posibilidad de alojarse en un hotel. Mañana mismo podrán volver a sus casas.