Ante las mismas situaciones, respuestas distintas. Es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos después de estudiar la respuesta al estrés de las personas que vivían en ciudades y en zonas rurales. Y es que el cerebro de los citadinos, las personas que se han criado en una urbe, es diferente.
Esa diferencia hace que un urbanita tenga un 21% más de posibilidades de sufrir trastornos de ansiedad, casi un 40% de trastornos del ánimo y el doble de probabilidades de sufrir esquizofrenia, según el estudio del Instituto Universitario de Salud Mental Douglas de Montreal, en Canadá.
Con resonancias magnéticas funcionales se averiguó que los pacientes que vivían en ciudades presentaban una mayor respuesta de la amígdala, la región cerebral asociada a la regulación de las emociones y de los estados de ánimo y una mayor actividad de la zona vinculada a la detección de conflictos y procesos negativos.