Andres Brevik, el sujeto que este viernes mató a 85 personas en la Isla de Utoya, según el balance provisional de víctimas facilitado por la Policía Noruega, actuó con premeditación y una frialdad aterradora, según han declarado varios testigos. Según una entrevista concedida al diario VG por uno de ellos, Thorbjorn Vereide, de 22 años, Brevik, se identificó en varias ocasiones como policía ante jóvenes desconcertados por los primeros disparos “tranquilos, ya podéis salir, estáis salvados, soy policía”, dijo, a fin de agruparlos y que fuese más fácil abatirlos, “estábamos 30 ó 40 personas reunidas cuando comenzó a disparar. Cuando terminó con nosotros, solo quedábamos cinco o seis”.
Una vez hubo acabado de disparar, Brevik fue rematando metódicamente a sus víctimas en el suelo con un tiro de gracia. “Parecía que no le importaba lo más mínimo“, aseguró Vereide, quien logró salvarse con varios amigos metiéndose en una cueva.