Así lo asegura un informe de la Oficina Estadística de la UE, Eurostat. El dato más relevante es que, pese a la crisis, la población de España aumentó en 164.000 personas en 2010, cifra que representa una tasa anual del 3,6 por cada 1.000 habitantes, gracias a un incremento natural de 100.700 personas (2,2 por mil) y a una inmigración neta de 63.200 personas (1,4 por mil).
El 1 de enero de 2011, la población de España era de 46,1 millones de habitantes aunque, eso sí, la crisis ha reducido la contribución de la inmigración al aumento de la población desde una tasa del 12 por mil en 2008 hasta el 3,6 por mil en 2010.
En el conjunto de la UE, la población creció en 1,4 millones de habitantes el año pasado, hasta situarse en 502,5 millones, debido a un incremento natural de 500.000 habitantes (1 por mil) y una inmigración neta de 900.000 habitantes (1,7 por mil).